La teoría del envenenamiento se desmorona en el caso de la muerte de la tía política de Luis Lorenzo

Una anciana fallecida, una herencia y dos sospechosos: el actor Luis Lorenzo y su pareja. La teoría del presunto asesinato por envenenamiento de la anciana pierde fuelle tras un año de investigación de los especialistas de homicidios de la Guardia Civil de Madrid.

La tía Isabel falleció «por causas naturales» según el médico que certificó la muerte, en la casa madrileña de Rivas de su sobrina Arancha y su pareja el actor Luis Lorenzo, meses después de que la acogieran para cuidarla. La posterior autopsia que solicitó la familia en Asturias detectó elevados niveles de cadmio y manganeso en la sangre de la anciana y concluyó una «muerte de etiología homicida» por envenenamiento. Pero tras la detención del actor y su pareja, su acusación y su puesta en libertad como investigados, se podría decir que hay más dudas que certezas en el caso.

Empezando por los primeros indicios que sustentan la acusación, aquel de que el actor y su pareja se habían llevado por la fuerza a la tía Isabel a Madrid. Las declaraciones de los testigos aclararan que la tía viajó de forma voluntaria, aunque no se ha aclarado si lo hizo engañada.

Respecto a la enfermedad de Alzheimer que redujo con rapidez el estado físico y mental de la anciana, las declaraciones de la mayoría de los médicos que la atendieron y la diagnosticaron sostienen que así fue. La Guardia Civil insiste en que fue Arancha quien les empujó a ello, pero a pesar de que algunos de los médicos sí cuentan la insistencia de Arancha en diagnosticar a la anciana, la mayoría no ve nada más allá de un comportamiento normal.

En lo referente al supuesto maltrato que sufrió la anciana durante los meses que convivió en la casa de su sobrina y el actor, hasta el momento de su fallecimiento, las declaraciones de los testigos sí parecen confirmar que se produjo cierto abandono de la fallecida. Su sobrina y el actor lo niegan categóricamente.

La piedra angular del caso era el informe de la autopsia de Asturias que concluía la muerte por envenenamiento, pero ha quedado expuesto ante las declaraciones de los expertos del Instituto Nacional de Toxicología y el Instituto de Toxicología de la Defensa. Unos y otros comparten el argumento de que los altos niveles de metales que se encontraron en el cadáver de la anciana podrían responder fácilmente al proceso natural post mortem que libera al cuerpo los metales acumulados durante toda una vida. El que los guardias no hallaran apenas cadmio en la casa de los sospechosos y una cantidad de manganeso irrisoria, ha empujado a los investigadores a variar el final de toda esta historia en su relato ante el juez.

En la actualidad, tras entregar una ampliación de diligencias, la Guardia Civil se inclina en que Luis Lorenzo y su pareja no asesinaron por envenenamiento con cadmio a la anciana, sino dándole medicamentos de forma incontrolada hasta que le provocaron la muerte. La autopsia sí menciona que se encontró varios medicamentos para la enfermedad que sufría la víctima, pero no en cantidades reseñables. En cualquier caso, los médicos han contado que ellos se los prescribieron y habría que demostrar científicamente que fueron los medicamentos los que le produjeron la muerte.

Con la teoría del envenenamiento cada vez más cuestionada, la defensa de Arancha y Lorenzo, cuestiona el nuevo relato de la Guardia Civil, insiste en que los investigadores cruzan datos inexactos con testimonios negativos sobre sus defendidos para crear una imagen de culpables frente a la escasez o total ausencia de pruebas tangibles de un homicidio. Se pregunta la defensa si esta nueva hipótesis se desplomará en breve como ocurrió con la primera teoría del envenenamiento de la anciana.